Del 19 al 22 de octubre tiene lugar en La Paz el Ñatinta. Un evento de arte urbano que se realiza en las alturas de La Paz para intervenir el cementerio general.
Este año desde Nodo Común colaboramos en la comunicación con nuestros aliados PerroSueltos para acceder y conocer cada una de las obras que se realizarán.
Sobre Ñatinta, arte en el cementerio de La Paz
“Ñatinta” es un encuentro de arte urbano único en el mundo por el contexto en el cual se desarrolla y la temática a la que se inspira, de donde nace su nombre, referido a la festividad de las “ñatitas”.
Créditos: El Nuevo Herald
Este es un ritual característico de la ciudad de La Paz, que consiste en el celebrar las calaveras de los difuntos en el mes de noviembre, a través de una fiesta con música, flores, comida y bebida en el mismo cementerio de la ciudad.
Las calaveras, “ñatitas”, según la tradición, protegen y aconsejan a los vivientes. Con la llegada de la colonia y de la religión católica, este ritual fue prohibido por un tiempo, pero se continuó practicando a escondidas y actualmente se ha reconocido como patrimonio cultural intangible. Según el culto andino, el “ajayu” el espíritu de los difuntos, después de la muerte, vuelve a la tierra durante la festividad de todos santos para comunicar con los vivos: no desaparece con el cuerpo de la persona, se queda en comunicación con sus seres queridos desde el más allá. En el creer andino la muerte es un complemento de la vida.
Créditos: Mi vida en una mochila
La idea de intervenir en el patrimonio arquitectónico cementerial nace con la finalidad de recalificar el espacio urbano dedicado al descanso de los difuntos, valorizando el culto de la muerte en el contexto andino, resaltando los elementos iconográficos, rituales y sociales.
En la primera edición “ÑATINTA 2016”, han sido invitados doce artistas entre nacionales e internacionales, con el desafío de presentar una propuesta de obras murales que nacieran de la investigación de elementos característicos del imaginario andino de la muerte para rescatar el mismo además que regenerar las estructuras arquitectónicas decadentes. El cementerio de la ciudad de La Paz se ha revelado a los protagonistas del evento como un lugar de vida, un espacio ciudadano, donde al lado de los tradicionales entierros, siempre acompañados con música en vivo, existe un mundo de mujeres, niños y niñas y hombres que trabajan y ahí pasan sus días. El perímetro cementerial recoge y muestra cotidianamente la percepción de la muerte como parte y elemento fundamental de la vida misma.
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