El tema de la seguridad digital en nuestras comunicaciones ha de ser entendido como un proceso, y sobre todo, social y colectivo. En esta nota de Los Tiempos, diario de Cochabamba, se plantea una mirada colectiva a este hecho tras un conversatorio donde participó Nodo Común hablando desde una perspectiva de soberanía tecnológica y cómo desde ahí podemos reducir la violencia digital que escogemos, en muchos casos, vivir como ciudadanía.
Creemos en esa cita que mencionan en el texto: “El Internet es muchas cosas más allá de las grandes capas que se ven”. Porque desde Internet, así como desde nuestro accionar analógico cotidiano, colectivo y social, siempre podemos encontrar (y crear) aquellas capas donde reconocernos con otras personas para una construcción en común.
Fuente: lostiempos.com
Por Catherine Camacho | 12 de mayo de 2017
Ante la vulnerabilidad de la sociedad y sus nuevas interacciones a partir del uso del Internet, la “violencia digital” está presente y no discrimina edad, género ni estatus social. Por ello, expertos en el tema coinciden que es importante estar informados y entender cómo son estos escenarios para poder desarrollar acciones prácticas que mitiguen este tipo de violencia. Consideran que la “seguridad digital” es un proceso de aprendizaje colectivo porque afecta a todas las personas.
“Violencia digital: una selfie de tu seguridad” fue el tema abordado, ayer, por seis panelistas en el conversatorio organizado por el Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU). Participaron Ida Peñaranda, maestrante del CESU; Raisa Valda y Marcelo Lazarte, ambos del colectivo “Cuántas más”; Fabiola Chambi, del periódico Los Tiempos, y Daniel Cotillas de Nodo Común.
“Con la web 2.0 se entra a la era de la interactividad, de la multimedia, la red se descentraliza, hay modelos colaborativos de producción, aprendizaje y creación”, señala Peñaranda. “Nos trae nuevas formas de interacción ciudadana, nosotros empezamos a habitar y a utilizar la tecnología donde el Internet se vuelve el lugar donde se proyecta las pasiones más cotidianas como el amor y la indignación”.
Explica que esta interacción genera nuevos movimientos sociales en red que surgen ante la emergencia y la crisis para resolver problemas comunes que lleven a la acción. Estos grupos interactúan entre lo real y lo virtual. Así, las causas locales pueden volverse globales pues el territorio y la geografía se disipan. Se crean asociaciones libres por necesidades y gustos.
Asimismo, se desarrollan nuevas formas de negociar y de resistir ante el poder.
“El Internet repercute en las acciones cotidianas de los jóvenes”, explica Ojeda que abordó las sectas sociales en Facebook.
“Estas sectas son grupos con alto grado de cohesión que exhiben devoción y actitud satírica hacia un conjunto ordenado de ideas, personas u objetos”, dice.
Señala que estos grupos, anónimos, empezaron compartiendo memes pero luego pasaron a hacer otras cosas como ciberbullying, ataques a cuentas y más.
Violencia digital
“Todo lo que hacemos en Internet deja un rastro (…). Cualquiera puede espiarnos desde las más grandes empresas o Gobiernos hasta los vecinos”, señala Valda.
Explica que en una sociedad hiperconectada, con la exposición de la información que nosotros mismos ponemos, surgen nuevos retos y formas de vulneración de derechos.
“La violencia digital afecta indiscriminadamente a todos los sectores de la población, pero recientes estudios revelan que afecta más a las mujeres, a las nuevas generaciones y a la población LGTB”, comenta.
Según la fundación Redes, “la violencia digital se caracteriza por la flagrante y sostenida vulneración de derechos ejercida en el entorno on-line en contra de personas y colectivos, a través de dispositivos nuevos como la telefonía móvil, televisión digital, plataforma de comunicación electrónica, servicios de comunicación interpersonal y redes sociales, así como todo el universo de servicios disponibles en Internet”.
Ciberacoso, phising, cracker, ciberpornografía, grooming, suplantación de identidad en Internet, pornovenganza y sextorsión son los tipos de violencia digital a los que uno se expone en el ciberespacio.
Periodismo
En cuanto a los desafíos del periodismo digital, los usuarios también cambiaron la forma de consumir la información. Chambi señala que ahora no sólo recurren a medios establecidos sino que los usuarios tienen la posibilidad de tener información en otros canales, como las redes sociales.
Por ello, también están expuestos a ser víctimas de noticias falsas que deliberadamente circulan en las redes sociales o páginas web.
Explica que aunque muchas empresas están creando canales para que se las denuncie, es importante que el usuario tome en cuenta la fuente, el autor y el formato para poder identificarlos. Comenta que ante tanta información en el ciberespacio, muchos medios generan diversos elementos para atrapar a los lectores, como variar los titulares.
“El periodismo, sea en soporte digital o tradicional, tiene valores que no se pueden dejar de lado, la rigurosidad más que la inmediatez”, señala.
Seguridad digital
En el tema de la seguridad digital, Lazarte explica que todos los sistemas tienen vulnerabilidades, incluso aquellas que son de grandes empresas como de correo electrónico, mensajería, redes sociales u otras.
Aconseja tomar en cuenta las opciones de protección de la red social, recurrir a aplicaciones extra que coadyuven a esto, generar contraseñas seguras usando un gestor y recalca que se debe crear cuentas separadas para el trabajo y la vida personal.
“El Internet es muchas cosas más allá de las grandes capas que se ven”, explica Cotillas.
Cuestiona, ¿sabemos cómo funciona Internet?, ¿cuáles son los mecanismos que hacen que yo pueda compartir información con alguien? “En el momento que no sabemos eso, automáticamente estamos viviendo una situación de violencia”, dice.
“Necesitamos conocer, ser curiosos, investigar por qué es así, qué uso va a tener esta herramienta y qué valor le voy a dar”, precisa.
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