Hecho cotidiano: estás navegando por internet y encuentras un proyecto u organización que te parece muy interesante. Te quieres poner en contacto con ella y buscas un email al cual escribir. Tienes preguntas o comentarios que hacerles y te gustaría escribirles para ver que te contestaran y resolverían esa duda que te rondaba la cabeza y que no conseguiste solucionar revisando toda la web.
Les escribes. Dejas pasar un tiempo. Vas a chequear a ver si tienes respuesta y ves que no hay nada en el buzón. Decides dejar pasar más tiempo.
Un día vuelves a revisar el correo para comprobar que te han escrito pero nada. Decides llamar (en el caso de que tenga teléfono de contacto). Hablas finalmente con ellos/as y les preguntas si han recibido un correo sobre este tema que te interesaba.
En ese momento te comentan que a qué correo escribiste y tú les respondes que al que hay de contacto y que pone hola@xxxxxx.com. Un correo de bienvenida, de acogida, un correo que casi siempre invita amablemente a escribir y lleva una lógica de contacto directo. Son correos tipo “si nos quieres escribir nos puedes contactar en hola@xxxxx o en contacto@xxxxx.
Una forma de comunicar cercana que invita al contacto y a la comunicación. Sin embargo, en repetidas ocasiones esos correos de bienvenida no tienen una persona al cargo sino que todo el mundo del colectivo lo puede gestionar. El problema de ello es que si no hay una persona encargada de este correo y todos son responsables del mismo, entonces nadie es responsable.
Responder las peticiones o sugerencias sirve para visibilizar una comunicación digital real, consciente e ir construyendo una comunidad alrededor tuya más consciente de tus actividades y que pueden interaccionar contigo. También puede ayudarte a colaborar en proyectos, generar nuevas ideas e innovar en programas y proyectos.
¿Cómo actuar desde las organizaciones o colectivos?
Considero que si se quiere construir una comunicación que sirva como nodo de relaciones y como un espacio en el cual poder tener contacto con otras organizaciones, es muy importante que consideremos el acto comunicativo como un acto conversacional además de relacional. En una conversación hay una persona que escucha y otra que habla (sí, ya sabemos que hay muchas personas que solo hablan). En este caso , es el propio texto el que hace de acto comunicativo simulando la conversación.
Por ello, si no se gestionan bien, con diligencia y eficiencia los correos de contacto, nos estaremos perdiendo multitud de conversaciones que pueden enriquecer e incluso cambiar nuestras lógicas de acción y pensamiento.
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